Desde hace algunos años, una vocecita me habla en el corazón e insiste en que el trabajo o el trabajo que estaba haciendo en ese momento no era el adecuado para el cumplimiento de la misión de mi vida. Con el tiempo, ese sentimiento y esa voz se fue fortaleciendo hasta lograr finalmente su objetivo, que era que renuncie a mi puesto de Director Financiero en una entidad del Estado y en el que desarrollé mi carrera como Economista. Cuando terminé con esta actividad, sentí una gran liberación de mi alma y esa libertad volvió a ser parte de mí sin embargo, la duda, y el miedo de a qué me iba a dedicar para mantener económicamente a mi familia, me hacía desmayar por momentos. . A pesar de lo anterior, solo fue para alejarme de ese mundo de envidia, competencia y tensión para finalmente comenzar a entender esa voz que me hablaba permanentemente. Comencé a leer, buscando el por qué de las cosas, y a través de diferentes procesos y consultas angélicas, espirituales y psicológicas, finalmente enfocé mi atención y mi intención en seguir esa llamada que el universo me estaba dando, y abrí mi corazón para permitirme. pasión por lo que mi verdad era salir a la luz.

Mi interés desde ese momento ha sido apoyar a los seres humanos que interactúan conmigo para que puedan desarrollar la mejor versión de sí mismos en un estado óptimo de bienestar que les permita encontrar el camino hacia la misión de su vida.

Para lograr lo anterior encontré la Sanación Reconectiva y la Reconexión como herramienta, y solo puedo decir que la frecuencia confirmó que el cambio que le di a mi vida fue correcto, y que cada persona que vino a mí por alguna razón podría beneficiarse con esta nueva pasión a la que me dedico desde 2009.

Mi invitación para ti es que nunca te escapes, desde el momento en que elegimos como seres humanos venir a la Tierra, tenemos ese propósito de vida definido pero en muchas ocasiones dudamos mucho en enfocarnos en él y desarrollarlo. Es por eso que hoy me enfoco en poder ayudar a otras personas que, como yo, se sienten extraviadas o incómodas en el lugar que ocupan en su momento presente, y eso hace, de alguna manera, que no haya plenitud en su existencia y que por tanto, esa felicidad a la que todos tenemos derecho no se alcanza en sus vidas.